sábado, 12 de enero de 2013

Jean-Piere Guillemot (‘marchante’ de arte)

Jean-Pierre Guillemot en su piso-estudio de la Gran Vía de Barcelona (foto: Man Costas.)

[Entrevista publicada en la revista ‘L’ArtPordà’, de junio 1989]

“NUESTRA PROFESIÓN ES TAN RESPETABLE COMO LA DE UN DENTISTA Y, SEGURAMENTE, HACEMOS MENOS DAÑO”

Jean-Pierre Guillemot no es un marchante de arte cualquiera. Siempre subraya sus diferencias y ciertamente tiene razón. Le gusta correr riesgos. Más de una vez lo hemos encontrado recorriendo la ciudad montado en su Mobylette, colándose entre los vehículos. Fuma tres paquetes de cigarrillos al día, lo cual perjudica seriamente su salud. Pero no hace caso de las advertencias. Me dice que hay muchas cosas que le apasionan y me entretiene explicándome como practica la pesca al arco, un deporte que realiza con asiduidad y con muy buenos resultados, me dice. Me describe los increíbles y desconocidos paisajes de los embalses de Catalunya, los cuales explora los fines de semana. Me habla de águilas, alimoches, buitres, linces, nutrias… y tambien de las mujeres, especie por la que siente una inclinación especial, del amor y de las emociones.
Sin embargo su despacho está invadido de cuadros, muebles creados por artistas, esculturas, cerámicas. Poca naturaleza. Muy urbano. Un entorno perfectamente adecuado para quien vive del arte. Realmente Guillemot es raro, simpático y sobre todo es distinto a lo que uno puede imaginarse sobre alguien que desempeña este oficio.

-¿A quién se parece un pintor, o mejor, cómo reconoces a un artista por el que se pueda apostar?
            Pues si me presentan a un señor de piel negra, con gafas oscuras, el aliento evocando a bourbon y las aletas nasales blancas, pensaré ‘a priori’ en un saxofonista de un grupo de jazz, y lo más probable será que me equivoque. Bromas aparte, un artista famoso de hoy no tiene nada que ver con el aspecto que le atribuye la imaginería popular. Sería, más bien, una persona educada, brillante en sociedad, que viste a la moda o con elegancia, conocedor de vinos y que viaja mucho. Hace años los padres querían que sus hijos fueran ingenieros, profesores, médicos. Ahora les dicen: “hombre, ¿y por qué no te pones a pintar, así tendrás un buen coche y un bonito piso”.

-¿Tan bien se ganan la vida los artistas?
            Pintar es un oficio. Pero también hace falta que quien practica este oficio tenga algo que decir, y además decirlo bien, en un lenguaje personal y novedoso. Si es así, puedes ganarte bien la vida. Pero no todos los artistas lo hacen igual. Existen los buenos, lo mediocres y los malos. Lo que sí creo es que hoy día, un artista con talento se puede hacer pronto un sitio en la profesión, lo que no implica, en absoluto, que se haga millonario, pero pueden vivir bien. Pocos son los elegidos, y menos, aún, los que pasarán a la posteridad. A pesar de la euforia momentánea.

-Pero cuando se habla de euforia en el mercado del arte, es porque ahora las galerías venden…
            Tras un largo periodo de estancamiento, no me parece indigno que sus esfuerzos pasados se vean ahora recompensados. Tampoco me parece negativo que de repente, surja una clientela nueva e inhabitual que diversifica sus inversiones y decide dedicar parte de su capital a la adquisición de obras de arte. Hace algunos años vender un cuadro era todo un éxito. Las galerías se mantenían a flote, cuando no se hundían, de puro milagro. Entonces, ¿por qué se le reprocha ahora el hecho de atravesar un mejor momento? Me alegro por ellas, de que les vayan bien y de que los coleccionistas que compraron pinturas en aquel momento negro, simplemente porque se emocionaban ante un cuadro o por que les apasionaba la obra de un artista, sean ahora premiados, habiendo hecho excelentes negocios, casi por casualidad.

-Últimamente se asocia siempre el arte al dinero… Los comentarios acerca de una pintura se refiera más a lo que vale, o a lo que cuesta, a por cuánto se puede revender una cuadro o una escultura o a cuánto se puede ganar con esta operación, más que por el valor en sí de la obra. ¿Es esto el mundo del arte?
            Se habla del comercio del arte con el mismo vocabulario con el que se trata un negocio sucio como la prostitución, el juego, el tráfico de drogas…, ¡que sé yo!. Nuestra profesión es tan respetable como la de un dentista, y seguramente nosotros hacemos menos daño. Asistimos a un fenómeno de culpabilización, o por lo menos, de reproche implícito, a  quien hace fructificar su capital con el arte y no se opina, curiosamente, lo mismo de las personas que especulan con la Bolsa, lo metales, o los terrenos. De hecho, no existe la misma movilidad de material en el mercado del arte como en otros sistemas de inversión. Sacar obra fuera de un país, es difícil. Las obras no cambian tan fácilmente de manos. Es muy natural que las personas que adquieran una obra de arte, la tengan en su casa por muchos años… Quieren ser especuladores y acaban siendo coleccionistas. La compra de un cuadro se asocia más a la idea de placer que la compra de un lignote de oro. Considero, por otra parte, que el coleccionista es útil a la sociedad. El coleccionista reúne obras, impidiendo que estas salgan al extranjero, obras que almacena  y que luego, un día, pasarán al Estado, como patrimonio público.

-Este interés por el arte no puede ser pasajero…
            No, no lo creo. Al contrario, estoy convencido de que irá creciendo y que también irán creciendo las colas que se forman a la entrada de los museos, ayer desiertos. Es un hecho cultural irreversible. Creo que el deseo de poseer una obra única, irrepetible, con su correspondiente fetichismo, que trasmite emociones indefinidas e importantes, será cada vez más agudo. Por supuesto que existen otras prioridades, pero cuando ya se tiene un piso, coche, biblioteca, video, equipo de música ¿qué te puede hacer más ilusión que tener una buena pintura?. El entusiasmo por el arte contemporáneo no es una moda, pero sí lo es, quizás, parecer ser un entendido en comercio del arte. Las informaciones proporcionadas por los medios de comunicación dan una imagen parcial en este sentido: se citan cifras astronómicas obtenidas por algunos cuadros en subastas que marean y dan vértigo a la gente. Ahora ni siquiera se habla de adjudicaciones en miles, sino en millones [de dólares], y esto por supuesto, hace pensar que coleccionar no está al alcance del ciudadano medio. Y no es cierto. No hace mucho he vendido obras originales de Mariscal por muy poco dinero.

-¿En Supermerc’art, el supermercado del arte?
Sí. Pero no sólo de Mariscal, sino también de Riera i Aragó, Tom Carr, Gerard Sala, Perico Pastor, Viaplana, etc, etc. Con Supermerc’art muchas personas se han formado una muy buena colección, sin arruinarse.

Angel Joaniquet

jueves, 10 de enero de 2013

Fernando Echávarri/Antón Paz (regatistas)

Antón Paz y Fernando Echávarri, los mejores regatistas del mundo de 2005 (foto: A.J.)
[Entrevista publicada en la revista 'nautas' de invierto 2005-06]

“NO ES MOMENTO DE PENSAR EN LOS JUEGOS”

El año 2005 ha sido un año muy especial para esta pareja de regatistas, Fernando Echávarri y Antón Paz, que desde hace 8 años comparten alegrías y sin sabores en el mundo de la vela olímpica.

Si el año 2004 significó para la pareja del CN SanXenxo acudir a unos Juegos Olímpicos, consiguiendo un diploma, el año postolímpico de 2005, ha estado para ellos sensacional. Su progresión ha sido imparable y Echávarri y Paz, se han convertido en los número uno del ranking mundial de la clase Tornado, actuales campeones mundiales y europeos de la clase, y han puesto un broche de oro en la temporada obteniendo el galardón más preciado de la vela mundial, ser los mejores regatistas del año de la ISAF (Federación Internacional de Vela). Son los primeros regatistas masculinos españoles que obtienen este reconocimiento, el más importante de la vela mundial, y se inscriben, por méritos propios, en el eslabón de los mitos, como lo fuera en 1994 Theresa Zabell, primera mujer española que ganó este premio.

Para Fernando Echávarri haber sido elegido como Mejor Regatista Mundial del 2005 significa "el mayor reconocimiento que puede tener un deportista, y es un orgullo, pero a la vez una gran responsabilidad" y para Antón Paz "este galardón es lo más grande a lo que puede un deportista de la vela y más cuando compruebas que tienes el honor de ver tu nombre junto a otros míticos regatistas que lo han ganado Ben Ainslie, Theresa Zabell o Russell Coutts".

Hablamos con ellos, que “tanto monta monta tanto”, para que nos expliquen sus objetivos de futuro, después de sus éxitos deportivos alcanzados en el periodo comprendido entre el 1 de septiembre de 2004 y el 31 de agosto de 2005,  periodo que sirve la ISAF para valorar al mejor deportista de vela de la temporada.

Tanto para Antón como Fernando, consideran  que no es momento de pensar ni en el pasado ni en los próximos juegos del 2008, sino que hay que ser realista y pensar en el presente…

- Así, ¿no queréis pensar en pretérito, ni el futuro…?
            (Fernando) Solo importa el presente, y si el presente va bien, por descontado el futuro será bueno. Por esto solo tenemos objetivos para este 2006.

- Un presente, ¿que consistirá en revalidar los éxitos conseguidos?
            (Antón) Los éxitos son el resultado de una planificación y de un esfuerzo en mejorar día a día. Los objetivos reales son seguir con la trayectoria que nos hemos impuesto. Y si todo va bien, por descontado que pueden venir los éxitos mediáticos, los campeonatos,  y lo que sea

- ¿Que retos tenéis para 2006?
            (Fernando) El gran reto es, sobre todo, que nos hemos de planificar teniendo en la cabeza lo que hicimos el año pasado. Esto quiere decir, en pocas palabras,  mucho entrenamiento, ir a todas las regatas importantes, y seguir con la misma mentalidad.

- ¿Pero nunca un año es igual a otro?
            (Antón) Por supuesto. Este año hemos añadido a nuestro programa una nueva regata, la que se disputa en Miami, en enero. Será la primera vez que iremos. Es una de las regatas importantes del calendario y cuenta mucho para puntuar en el ranking mundial. Además estarán los mejores países y los mejores regatistas en Tornado.

-  Irán todos a por vosotros. Sois los campeones del mundo, los primeros en el ranking ISAF, y se os ha reconocido como los mejores regatistas del 2005…
            (Fernando) Lo sabemos. Por esto será una buena ocasión para saber de forma clara, en donde estamos y a partir de ahí, a ver lo que pasa. Este año el mundial cae muy tarde, por lo que nuestros próximos retos son también las distintas semanas olímpicas europeas, es decir Barcelona, Palma, Holanda Hieres y el campeonato de Europa. Todo ello servirá para nuestra preparación

- ¿Quiero creer que este año, vuestro reto será el mundial y el europeo, para revalidar los títulos?
            (Fernando) Por descontado.  En esto estamos. Es lo que te decía de pensar solo en el presente. Es obligación de todo deportista, que ha ganado un titulo, el defenderlo. No nos ha de sorprender de que todos nuestros rivales irán a arrebatárnoslo. Hay que tener en cuenta que el mundial se disputará en diciembre en Argentina y el europeo en Travemunde, Alemania, a finales de julio.

- ¿Que rivales tenéis y quienes son los que están más a vuestro acecho?
            (Antón) Muchos, por descontado. Además el Tornado es una clase que requiere mucha experiencia, muchas horas de navegación y de coordinación entre patrón y tripulante. En cada momento estas mejorando y evolucionando, y lo que haces tú lo hacen los otros. Muchos de nuestros rivales tienen, incluso cuentan con más experiencia que nosotros. En los últimos cuatro años, desde que competimos para ir a los Juegos de Atenas, hemos tenido grandes rivales y vamos a tener de nuevos. Todos son muy duros, de los que nunca se dan por vencidos, como el australiano Darren Bundock, el holandés Mitch Booth. A  parte están los franceses, siempre sorprendentes, y con una escuela de navegación en catamaranes excelente, o los mismos ingleses, los norteamericanos o los argentinos. Es un reto apasionante, y difícil.

- ¿De que países pueden surgir nuevos rivales?
            (Fernando) A parte de los países clásicos, como Estados Unidos, Argentina, que organiza el mundial, Brasil, Portugal, Alemania, siempre hay un grupo de países y regatistas que navegan mucho en esta clase, y de los que siempre puede surgir una sorpresa, salir una pareja, que en cualquier momento, si tienen una buena puesta a punto y saben encontrar la velocidad, pueden ganarte una regata

- ¿Saber encontrar la velocidad es fundamental?
            (Fernando) Encontrar la velocidad en el Tornado, es básico. Todos los que estamos en el circuito tenemos técnica, experiencia, pero todo esto hay que plasmarlo y materializarlo consiguiendo velocidad a la embarcación. Y en cada momento y situación, se presenta una circunstancia distinta. Y esto hay que trabajarlo día a día.

-O sea, ¿sois de los que no pensáis en lo que haréis dentro de dos años?
            (Antón) Si te refieres a los Juegos, no. No podemos pensar en el 2008. Nuestro objetivo es el 2006. Por la experiencia que tengo, y esto que hemos estado en los Juegos de Atenas, un deportista no puede pensar en los Juegos hasta un año antes de los mismos. No es bueno obsesionarse con la meta del año olímpico, porque aún no hay nada decidido. Además los Juegos de Pekín, donde la base náutica estará en Quindao, será, sin duda un escenario muy complicado.

- ¿Por qué?
            (Fernando) No es el momento de analizarlo a fondo, pero puedo decirte que allí las condiciones de viento son muy suaves, el viento parece que es mínimo, por lo que allí todo dependerá mucho de lo inspirado que estés. La Regata Olímpica es una prueba muy especial, tanto para ti como para el resto de los participantes. Dependerá, como te he dicho, de si se consigue la velocidad adecuada en aquella zona… pero lo importante, ahora no es esto. Lo importante son los objetivos marcados a medio y corto plazo. China, aunque no lo parezca, está para nosotros muy lejos.

-¿Como os iniciasteis en la vela?
            (Antón) Yo con 14 años hice un cursillo en Arousa y realmente me gustó. Continué la temporada de Optimist. Después navegué dos años en la clase Cadete y otros dos en la clase Europe. A partir de entonces, y como en la clase Europe me pasaba mucho de peso, comencé a plantearme el cambiar de clase y navegar más en serio, pensando en pasarme a un clase olímpica. Fue cuando coincidí con Fernando, que estábamos en el Princesa Sofía, en Palma, y vimos que ambos necesitábamos un cambio. A partir de allí empezamos a navegar juntos y llevamos ya ocho años como pareja en la clase Tornado.
            (Fernando); Yo empecé un poco antes, con 8 años de edad, aprendiendo y navegando también en Optimist. Después pasé al Láser, y me estuve preparando para los campeonatos de Láser, hasta que acabé un poco cansado de colgarme en el Láser, ya sabes, mucha fuerza y poco trimaje, y decidí pasar al Tornado que era más técnico y había más campo de experimentación. En esta tesitura estaba cuando comencé con Antón.

- Saltar de una clase individual a una por parejas a veces es complicado, ¿Cómo habéis logrado esta coordinación, y esta fidelidad mutua?
            (Fernando) Saber encontrar la coordinación es una cuestión de comprensión mutua y de voluntad. En el fondo es la base de la vela doble, y la verdad es que lo llevamos muy bien. Después de ocho años, nos conocemos lo suficiente para no entrar en problemas baladí. La clave está en saber evitar los roces, y comprender a tu compañero. Saber cada uno cual es su trabajo, ya que  esto es lo más importante. Si se sabe estar cada uno en su sitio, y cada uno sabe lo que le toca,  no tiene porque haber problemas.
            (Antón) Sí. Llevamos una relación perfecta, incluso a mucha gente le parece algo increíble. El hecho de que pasemos tanto tiempo, días, y horas al año juntos, viajando, viviendo en los mismos apartamentos, hoteles, se soporta si cada uno hace lo suyo y si de esta forma vienen buenos resultados, te sientes reconfortado con lo que estas haciendo.

- Vuestros éxitos no se entendería sin los apoyos con que contáis
            (Fernando) Evidente. Un apoyo de todo tipo, desde los familiares, a los del tu entorno, del club, y por supuesto los apoyos económicos.

- ¿Si duda, esto último, fundamental?
            (Antón) Sin un apoyo económico serio, es imposible llegar a donde estamos.

- Entre ellos el de movistar
            (Fernando) Contamos con el apoyo económico de la Federación Española y de la Federación Gallega, y por supuesto con el apoyo nuestro patrocinador principal que es movistar, y que gracias a él hemos podido consolidar lo que estamos haciendo. También contamos, y son importantísimos,  con otros pequeños patrocinadores, que nos ayudan, como  Audi, Máximo Dutti o Piago. Todos son  claves fundamentales para conseguir algo.

- ¿Sin estos patrocinios y que estas marcas se sientan vinculadas con vuestro proyecto, no se hubiera hecho la proeza del pasado año?
            (Antón) No hubiera sido lo mismo. El hecho de  que un patrocinador de la talla de movistar se sienta tan vinculado a nosotros, y a la vela en general, es fundamental. Nos sentimos satisfechos por que cada año hemos estado cumpliendo con la serie de objetivos que nos hemos marcado y esto ha hecho que la marca confié plenamente en nosotros.
            (Fernando) Hemos de tener en cuenta que estamos muy involucrados con todo el equipo movistar de vela, en  todos los niveles, ya no solo en la vela olímpica, sino en todas las facetas del equipo. Los dos también hacemos crucero. Yo estoy ligado en la Vuelta al mundo, con quienes entrenamos. Precisamente, haré una etapa  de la Volvo Race, cuando quede un poco libre del compromiso del calendario de Tornado.

- Auténticos profesionales…
            (Fernando): Somos un  equipo, un grupo de profesionales que intentamos hacer todo lo mejor para nuestro patrocinador y apoyar la vela, divulgarla, que la gente la siga y la conozca , y las cosas, hoy por hoy, no pueden ir mejor.

Angel Joaniquet

martes, 8 de enero de 2013

Carlos Benpar (director de cine)

Carlos Benpar, hijo cinematográfico de Orson Wells y Nicholas Ray

[Entrevista publicada en la revista ‘Cara a Cara’,  de mayo 1981]

EL CINE COMO PATRIA

“Lo que más me fascina del cine es que me permite recuperar mi infancia. Lo único por lo que siento algo. Mi patria, es mi infancia, como dice certero Rimbau. Para mi es tremendo que una vecina mía, ella una joven fantástica, por quien yo sentía una atracción hitchcockiana cuando era niño, intervenga en una película dirigida por mí. Es como conseguir lo que no pude entonces: que ella siga mis instrucciones. Una de las secuencias que más recuerdo de mis visiones infantiles pertenece a ‘Coraza Negra’, película protagonizada por Tony Curtis y Graig Hill. Ahora, en el rodaje de ‘Scapegoat’ he tenido el honor de dirigir a Graig Hill. ¿No es fantástico?”.
¿No es lo dicho en este párrafo toda una autodefinición de Carlos Benpar y su cine?

Conocí a Carlos en el expresso Sevilla-Barcelona, en diciembre de 1976. Ambos volvíamos de un festival cinematográfico que se acababa de celebrar en la ciudad de Huelva. Por aquel entonces, Carlos con dos ‘largos’ y dos ‘cortos’ bajo el brazo, no se perdía ninguna muestra de cine.

- ¿Carlos, por qué ese sobrenombre de Benpar saltándose las reglas de ortografía?
            Esto me lo sugerió Nicholas Ray. Le comenté que en la primera película que hice ‘Soplo de Esplendor’, el protagonista se llama Raoran –Ra de Raoul Walsh y Nicholas Ray, Or de Orson Welles y An de Angie Dickinson-. Esto le conmovió, y me dijo que él también hacia este tipo de juego en cambios de nombre. El suyo propio, me dijo, es raíz de uno de estos juegos. Y me aconsejó que yo tendría que hacer lo mismo con mis dos apellidos. No sé si me lo dijo en serio o en broma. Lo cierto es que le hice caso y de aquí salió Benpar. Ben de Benito y Par de Para. Te he de decir, reglas ortográficas aparte, que este nombre, Benpar, está reconocido jurídicamente.

- Sientes una admiración enfermiza hacia la persona de Nicholas Ray. Creo que te hubiera gustado tenerlo como maestro. ¿Qué tipo de relación has tenido con él?
No mucha. Simplemente estuvimos unos cuantos días, alrededor de seis, en un ciclo retrospectivo que se organizó en el Festival de San Sebastián de 1975. Mi única relación fue por las conversaciones que tuve con él cuando salíamos de ver sus películas. Por aquella fecha yo estaba escribiendo el guion de ‘El procedimiento’ y en alguna ocasión  le hablé del este proyecto. Recuerdo que le conté que en la película habría un largo flashback –a él nunca le han gustado- y entonces, casi como una orden, me dijo que si quería poner un flashback lo hiciera, pero que se acabara antes de la primera bobina. Es decir antes de los primeros veinte minutos. Y he de decir que cumplí este consejo a rajatabla. Lo malo es que no me diera más consejos.

- ¿Cómo descubriste que el cine te interesaba?
            Yo empecé a ir al cine, creo que como la mayoría de la gente de mi edad, por costumbre. Lo normal era pasar tus ratos libres yendo al cine del barrio. Quizá en aquel tiempo no había otro sitio donde ir a pasar la tarde, pero lo cierto es que, aunque hubiera habido otros, no lo hubiera cambiado. Iba a ver una película u otra según las fotografías que se exhibían en los vestíbulos, o por el cariño a un actor determinado. En aquella época el actor que me podía hacer entrar a ver una película era Rock Hudson. Gracias a las películas en las que salía Rock Hudson vi todas las películas que dirigía Raoul Walsh, que dirigió en muchas ocasiones a Hudson, al igual de Douglas Sirk.

- ¿Solo veías películas de acción?
            No, qué va. Veía películas de aventuras, westerns, de espadas, pero también empecé a aficionarme a otros géneros, desechados por los jóvenes y en cambio  muy apetecidos por las amas de casa, que antes iban mucho al cine, como eran los melodramas. Me entusiasmé por ellos. No me perdía ninguno, eso, si salía alguno de mis actores preferidos. Lo bueno del caso, es que posteriormente, cuando el interés por el cine empezó a marcar mi personalidad, me enteré de que muchos de aquellos melodramas, que tanto me gustaban, eran de Douglas Sirk.

- Algo parecido debió pasarte con las películas de aventuras
            Sí. Pero las películas de aventuras que más me gustaban, como ‘Tambores Lejanos’, ‘El Mundo en sus Manos’, ‘El Hidalgo de los Mares’, ‘Fiebre de venganza’, ‘Los Capitanes del Estrecho’, estaban dirigidas por Raoul Walsh. Esto lo descubrí quince años después. Por lo que Walsh fue el primer director que admiré, sin yo saberlo y de formas inconsciente, y seguía su filmografía sin saber quién era.

- ¿Cuando tomas conciencia de que el cine es algo más que un entretenimiento?
            Creo que fue, exactamente, el 26 de febrero del 1964. Recuerdo que aquel día fui a ver ‘El Proceso’ de Orson Wells. Este fue para mí un día clave en mi relación con el cine, sobre todo porque pocos meses antes había visto ‘Misión en la Jungla’, en la que me había impresionado sobre todo Angie Dickinson. El descubrimiento de Angie y de ‘El Proceso’ de Welles, que fue la película en que por primera vez me fijé en el nombre que quien la dirigía, fue trascendental. A raíz de mirar el nombre de Welles, indagué todo lo que pude de quienes habían dirigido las películas que tanto me habían gustado de pequeño y fueron saliendo los nombres de Walsh, Sirk, King Vidor, y demás. Seguro, que fue el descubrimiento de Orson Welles lo que hizo que a partir de entonces fuera descubriendo nuevos directores. Y me fijara quien dirigía cada película que miraba. Al descubrir la figura del director –ya más que el actor- mi afición al cine pasó a convertirse en una vocación. Quise ser director de cine.

- ¿Confiabas en que podías dedicarte profesionalmente al cine?
            Bueno, no es que tuviera confianza, lo que pasa es que si te quieres meter en el cine, el único modo posible es profesionalizarse.

- ¿Supongo que habrás tenido bastantes dificultades?
            Claro, pero contarlas ahora parecerían cómicas, aunque en su momento fueron realmente dramáticas.

- Volvamos al año 1975. Tenías en tu haber, entonces, aparte de dos cortos, un largometraje empezado en el 68 y acabado cinco años después. Con ello ya podías acreditarte como director de cine ante la burocracia administrativa. Entonces es cuando conocer a Nicholas Ray…
            Sí, te decía que por aquel entonces proyectaba realizar ‘El Procedimiento’, pero no hubo manera. La mayoría de los distribuidores, que podían estar interesados en el asunto, no lo veían muy claro. Les daba cierto miedo que el tema fuese la fuga de divisas a Suiza. Al fin se dio la circunstancia de que un distribuidor, al que no le interesaba para nada el tema de este proyecto, sí mostró mucho interés, en cambio, por hacer un film que fuese ‘medio cómico, medio terrorífico’ y de aquí salió ‘El Jovencito Drácula’. Muchos me han criticado que hiciese una tontería semejante, pero la experiencia fue muy divertida, sobre todo por poder morder a Verónica Miriel y a Susana Estrada.

- Sí, porque si no recuerdo mal, tú eras el jovencito Drácula, al mismo tiempo que dirigías la película.
            Mi interés en participar en la película fue el hacer de Drácula. Con lo que yo no contaba era en dirigirla. A última hora tuve que hacerlo por que fallaron el director y alguna cosa más.

- ¡Está muy mal el panorama de la producción en nuestro país!
            Lo veo más negro que las películas de Jacques Tourneur.

- Sigamos con el mismo color. ¿Qué opinión te merece el cine negro?
            Bueno, ya sospecharás que yo soy un entusiasta de este género. La verdad es que siempre me ha sido muy cercano porque yo veía películas negras cuando tenía 13 y 14 años y al mismo tiempo, en mi barrio, vivía situaciones que luego vería reflejadas en el cine de Passolini. Pero las situaciones vividas en mi infancia eran más semejantes a las representada en películas como ‘Retorno al Pasado’ de Jacques Tourneur o a las de Raoul Walsh en ‘Al Rojo Vivo,’ que a las otras películas de la serie negra, ahora más populares, como ‘El Halcón Maltés’ o ‘Cayo Largo’.

- ¿Crees que hay ahora una moda por el cine negro en nuestro país?
            Este tipo de cine siempre se ha hecho en España. De forma solapada, y ahí tienes como ejemplo ‘A tiro limpio’, de Francisco Perez Dolç, o ‘Apartado de Correos 1001’ de Julio Salvador. Esto es puro cine negro. Lo que pasa es que antes el régimen político ocultaba esta realidad negra del país e impedía que tuviera alguna forma de difusión. La trama de ‘Aparado de Correos 1001’ trata de una estafa de pisos; estoy seguro que en los años 50, cuando se rodó esta película, hechos muy parecidos se estaban dando en España. El problema que tiene el cine negro, hasta hace bien poco, es que habían ciertos temas intocables. Por eso no tenemos una gran producción de películas negras, pero no por falta de motivos para hacerlas. Simplemente no dejaban. Y ahora que dejan, ciertos críticos dicen que recogemos un género extranjerizante.

- ¿Es el cine negro, entonces, un procedimiento narrativo apto para la crítica social?
            El negro es uno de los géneros más puros del cine y por consiguiente un reflejo de la realidad en su forma más pura.

- ¿La realidad es muy negra?
            Sí, sí. Total, total. Pero es que siempre ha sido negra. Lo que ha movido el mundo siempre han sido las acciones negras. La violencia, la agresividad, el odio, la envidia, han sido las pautas que han guiado a la humanidad, ¿no?

- El fútbol es tu otra gran afición.
Quizá es lo único que me entretiene, porque las otras cosas o, no me gustan nada o en seguida me apasionan demasiado. El fútbol es lo único que me distrae.

- Supongo que el cine también…
            Alto, es que el cine no me entretiene, el cine…

- …es tu modus vivendi…
No, ¡por favor!, palabras malsonantes, no. Mo-dus-vi-ven-di, ¡por favor!. Hay palabras que no me entran. No las soporto. Y esta es una de ellas. Es eso que te decía. En el cine hay películas que no me gustan nada y otras que me entusiasman demasiado, lo cual hace que vea una película hasta cuarenta veces seguida. Y esto es peligroso.

- ¿Por qué te atrae el fútbol?
            En él observo sobre todo cuestiones estratégicas y de ellas se aprenden muchas cosas. Por ejemplo, la función de un director de cine es similar a la del míster, sobre todo cuando tiene que catalogar a sus jugadores y encomendarles la función conforme a sus cualidades. Un entrenador ha de decir para que sirve un jugador y para que no sirve. Un director de cine, en el momento del rodaje, ha de tener una faceta muy parecida a la de un entrenador cuando dirige un partido. E incluso tiene sus mismas limitaciones, que el público desconoce, de modo que en ocasiones le exigen o valoran aspectos que no son de su entera incumbencia.

- Un problema para la gente que hace cine es encontrar una canalización adecuada para sus productos.
El material que hay en el cine español es suficiente para que cualquier vendedor se haga de oro. Eso sí, hace falta un buen vendedor y el problema es que no los hay, y los que hay solo saben vender películas que igual podría vender mi vecino, ¡que las sabe vender cualquiera!, son películas que ya vienen vendidas de antemano. Los vendedores que tenemos en el cine español son tipos que lo único que saben hacer es hablar mal de las películas españolas que ven.

- Pero, ¿existe realmente calidad en nuestro cine?
Esto es un hecho innegable… Ahora hasta las películas de Alfredo Landa son buenas.

- Las películas que se realizan en España, ¿se pueden vender al extranjero?
            Evidentemente. Pero para venderlas no importa que las películas sean buenas o malas. Un ejemplo: estamos viendo cómo nos venden películas extranjeras que son una verdadera porquería.

- En esta dificultad de sacar nuestro cine fuera y en la avalancha de filmes extranjeros insoportables que tragamos ¿algo tiene que ver las multinacionales de la distribución?
Si, puede que sí, pero yo todo esto lo veo… totalmente negro. Con los monopolios internacionales quizás esté pasándole al cine español lo mismo que a Kaplan, el personaje de ‘Con la Muerte en los Talones’ de Hichtcock… Puede que sea un asunto muy turbio.

- Apoyándose en capital internacional nuestro cine podría abrirse a otros mercados ¿no?
Mira, yo no entiendo eso de capital extranjero o capital nacional, no entiendo nada. Estoy igual que Cary Grant en la película de Hitchcock.

- ¿‘Scapegoat’, tu nueva película, es también un thriller?
Sí, lo que pasa es que si ‘El Procedimiento’ era un thriller de ciudad, urbano, ‘Scapegoat’ es de exteriores, de campo a través, porque  se trata de una persecución hacia la frontera. Empieza en la ciudad y termina en la montaña. Es la historia de la transferencia de culpabilidad de un crimen. Tanto el culpable como el acusado, huyen, cada uno por su cuenta, hacia la frontera, hasta que fatídicamente y de manera casual, se encuentran en su huida.

- ¿Cómo se produjo tu encuentro con la hija de John Derek?
            Bueno. Sean, además de ser hija de John e hijastra de Ursula Andress y Bo Derek, es también hijastra de Linda Evans, que estuvo casada con Derek entre Ursula y Bo y que es por quien Sean siente un mayor afecto. La cosa es que hace cuatro años un amigo, Enric Amat, me dijo si quería conocer a la hija de John Derek. Pensé: “estupendo, le preguntaré cosas del rodaje ‘Llamad a Cualquier Puerta’, en que su padre fue dirigido por Nicholas Ray”. Pero no me supo decir nada. En 1948 ella ni siquiera había nacido. Así que a partir de este momento mi interés por Sean no tuvo nada que ver con su apellido. Hablamos para hacer una película juntos. Un par de días después volvió a los Estados Unidos y yo empecé a escribir una historia que tenía a ella como eje central, tal como habíamos hablado. Ahora la acabamos de filmar. Creo que ha sido un rodaje bastante bien compenetrado, porque aunque hemos salido casi a pelea por día, siempre ha sido por un excesivo celo por parte de ella en hacerlo bien. Es la primera vez que me encuentro en un rodaje con alguien que da la impresión que le importa más el resultado último del film que a mí mismo.

Angel Joaniquet