miércoles, 16 de abril de 2014

Joaquín Barraquer (médico oftalmólogo)

'PASIÓN POR LA VISTA Y LA CIENCIA EGIPCIA'
[Entrevista en la revista SelectaBarcelona, primavera 2002, para la sección 'Barcelona vista por...']
Escalera de caracol de la Clínica Barraquer
Foto: Diego Muñoz

El estudio del profesor Barraquer es un espacio de meditación, de recuerdo, de descanso, especialmente diseñado para la actividad creativa. Este recinto, orientado al sur, está repleto de cuadros del pintor J.Bascones, grabados, esculturas, alto-relieves, como el de una medalla que, después de ser operado el escultor Belliure éste le regaló a su padre. También hay fotografías de ojos de famosos, que han pasado por sus manos de cirujano, unas manos siempre templadas por la dedicación constante y nunca abandonada de sus operaciones. Nos recibe de impecable blanco. Los zapatos blancos, los pantalones blancos, la camisa blanca. Incluso la corbata es blanca y por descontado con su bata de médico doctor. Inmaculado. Todo ello destaca con la cálida luz relajante que invada esta inmensa habitación.

'En este espacio está mi vida. Mi vida materializada en recuerdos, objetos, revistas, libros, vídeos. Aquí paso mis horas de descanso y recogimiento. Mi vida espiritual está aquí'.

Este espacio reservado, es como un santa santorum del edificio de la Clinica Barrraquer. Está dentro del edificio del Centro Oftalmológico, pero su acceso no es nada fácil. Para poder adentrarnos en el mundo más intimo del profesor solo podemos entrar si vamos acompañados por él, ya que para acceder a este reducto solo se consigue a través de  la lectura de un digitalizador óptico que interpreta el iris de su ojo y permite abrir la puerta que nos adentra en este espacio personal de Joaquin Barraquer.

El conglomerado arquitectónico de la Clínica es una verdadera ciudad dedicada a la salud de la vista. Se extiende a lo largo y ancho de tres inmuebles que se comunican entre sí con el núcleo central. Es como una ciudad medieval mediterránea, un zoco que ha ido creciendo a medida que la actividad del centro se ha hecho más universal.

Este edificio se empezó a construir en 1934 y su primera fase fue terminada después de la guerra civil. Tenía la misma distribución que ahora, dominado por el edifico ubicado en el chaflán de la calle Muntaner y Laforja, aunque en aquella primera etapa el edificio contaba con solo una planta baja, dos pisos y un ático, en el más puro art-decó de la época. En los años cincuenta un nuevo edificio fue levantado en la calle Laforja, adosado junto la primera construcción y en la década de los setenta se amplió todo el conjunto subiendo tres plantas más y guardando la máxima coherencia arquitectónica con la parte original.

El edificio fue pensado y diseñado por el padre de Joaquin Barraquer, el doctor Ignacio Barraquer, con planos del arquitecto Joaquin Lloret, quien supo interpretar la idea de como tenía que ser una clínica oftalmológica. El doctor se involucró plenamente en la obra y colaboró  con el arquitecto en la selección del equipo de decoradores, pintores, estucadores, técnicos que supieron utilizar las nuevas materias para la construcción en aquella época, el acero, el cristal, el aluminio, con los materiales nobles de siempre, especialmente el mármol, dando lugar a esta obra de vanguardia arquitectónica en Barcelona, donde podemos destacar, a parte de su estructura, los elementos esculturales situados en la sala de espera de la clínica, los motivos zodiacales, los gatos egipcios, las focas dispersas en pomos, o la magnífica escalera de caracol, que se eleva hacia lo alto, desde el vestíbulo de la entrada principal.

-¿Que significa el anagrama del Centro Barraquer en la entrada del edificio?
     Es un dibujo egipcio que representa el ojo de Oudjat. Un dibujo que se encontró en un medallón colgado del cuello del faraón Tutankamon. Mi padre lo convirtió en el emblema del centro y representa un ojo sano protegido por la diosa buitre Nekhbet y la diosa serpiente Oudijit. Los egipcios llevaban este amuleto para conseguir una vista sana y como protección al mal de ojo. Creo que va acorde con nuestra actividad, ¿no?

-Por descontado. Su padre fue un genio universal...
     Fue una gran persona y un médico e investigador sorprendente.

-¿Y usted fue su niño mimado?
     No. Estuve rodeado de mujeres y un gran hermano. Lo cierto es que sí fui, posiblemente, el hijo que más estuvo en sus brazos, por la sencilla razón de que cuando yo era pequeño, mi padre tuvo un accidente de coche y estuvo escayolado durante bastante tiempo y recuerdo que en su recuperación me tuvo mucho en sus brazos. Era un padrazo.

-Pero también fue la 'niña de los ojos' de sus hermanas.
     Eran mayores que yo y me veían como su juguete, era el nen petit. Puede que mi gran afición a la música se deba a mis hermanas, porque a ellas les gustaba mucho escuchar música en un magnífico gramófono que teníamos en casa. Yo me encargaba de poner discos de baquelita en la gramola, y aunque aún no sabía leer, los reconocía por sus dibujos o sellos discográficos.

-¿La música es fundamental en su vida?
     Es un elemento primordial, como la vista. Debajo de donde nos encontramos ahora, tengo mi casa, y allí dispongo de un estudio de sonido en el que paso mis mejores momentos.

-Usted es un asiduo en las salas de concierto barcelonesas...
     Barcelona es una ciudad excepcional a nivel musical y en ello tiene mucho que ver la cultura de sus ciudadanos.Disponemos de verdaderos templos de la música, como el Palau, el Liceu y ahora un magnífico Auditori. En todos ellos suelo acudir a menudo acompañado de mi mujer.

-¿Su vida se mueve entre la música y el trabajo?
     Mi vida se ha movido esencialmente en el trabajo, que para mí es una afición, como lo es la música, y sobre todo los viajes. He recorrido por todo el mundo, pero no como turista, sino para trabajar o aprender en congresos o enseñar en los mismos. Mis frecuentes viajes a simposios, conferencias, universidades me han ido formando continuamente y yo me divierto mucho investigando, intercambiando opiniones, es decir, formándome continuamente.

-Y en este mundo de viajero, ¿su puerto de descanso es Barcelona?
     Por descontado. Aquí tengo mi verdadero refugio.Aquí, en este centro, que es lugar de trabajo, también es mi vivienda, mi hogar. Y esto es una gran ventaja ya que tengo todo a mano.Como a veces digo, mi automóvil es el ascensor, por que con él me desplazo del hogar al trabajo, al gabinete de consulta, o al quirófano.

-¿Porqué se dedicó a la oftalmología?
     En entorno es importante. Supongo que pesó mucho el hecho de que tanto mi padre como mi abuelo se dedicasen a ella. Ambos fueron unos pioneros en esta especialidad. Nací inmerso en este ambiente y porque creo, en el fondo, tengo una verdadera vocación y entusiasmo con esta especialidad.

-Esto se nota en el trato exquisito que tiene con todos su pacientes...
     Un médico que no sepa entender, ni oir, a sus pacientes no se merece el tratamiento ni el calificativo de médico. Esto es fundamental. El médico ha de aliviar con su consuelo al paciente, a parte de tener la obligación científica y técnica de sanarlo.

-¿Aunque el enfermo sea un pesado?
     Sí. Aunque lo sea. Ayer estuve más de una hora con un paciente, de esos que  muchos colegas califican de 'peligrosos'. Al final nos hicimos amigos, ya que yo quiero que todos mis pacientes sean mis amigos.

-¿Aún opera?
     Cuando no estoy de viaje, tres dias a la semana voy al quirófano y en estos días realizo ocho operaciones por dia. Ninguna más.

-¿Por qué?
     Por una cuestión de orden y para no agotar el cuerpo ni la mente. El exceso siempre es malo. Incluso del trabajo, cuando se convierte rutinario.

-¿Y esto es así desde que decidió ser cirujano?
     Sí. Siempre he respetado esta disciplina. Esta rutina (sonríe).

-Con 75 años de edad y semejante actividad, ¡usted es un fenómeno!
     No es cuestión de ser un fenómeno o no. Es intentar ser normal, Es una cuestión de disciplina y de educación física y mental. Para un cirujano es fundamental el control de sus manos y su mente. Tiene que tener un pulso muy templado, y una mente ágil y ordenada para poder resolver en cualquier momento, con rapidez y eficacia, una situación de crisis. Y esto solo se consigue con el temple y se conserva haciendo gimnasia física, gimnasia cerebral y practica diaria físioterapeuta para que las manos no tiemblen.

-¡Como lo consigue!
     Disfrutando del trabajo. Cuando salgo del quirófano, después de la ultima operación de medio día, me voy directamente a la piscina que tengo en la azotea de este edificio y nado. Quedo como nuevo. He desconectado. Luego como y después hago la siesta y vuelvo nuevamente al trabajo, en el que a veces  me dan las once de la noche. El trabajo es mi gran afición.Pero  has de saber limpiarte de él.

-Veo que no tiene necesidad de moverse de aquí, a no ser que esté de viaje.
     La verdad es que no necesitaría salir de aquí. sin embargo, por suerte, con bastante frecuencia tengo que viajar para asistir a conferencias. También suelo ir a con ciertos de música, y los viernes voy a jugar a golf.

-Sí, sabemos que es practicante del paseo verde...
     Es un verdadero descanso. Un punto de desconexión, en un campo de golf tienes un contacto directo con la tierra y el cielo. Voy a El Prat, hasta que nos dejen, ya que allí tienen que hacer la ampliación del aeropuerto. Es un deporte muy relajante, el único en el que la pelota te espera; le das un golpe, ella se va, pero se queda allí donde cae, esperándote..., hasta que tu vas a reencontrarla de nuevo. Sin prisas. No me digas que no es fabuloso.

Angel Joaniquet

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