Estas páginas recogen una serie de entrevistas realizadas a personajes que he tenido la oportunidad de conocer en mi vida profesional. A parte de la valoración laboral, propio como trabajo del entrevistador, el contacto con estos personajes me han aportado vivencias irrepetibles y enriquecedoras a nivel humano y personal. De alguna forma quiero hacerlas extensivas a los lectores de este blog.
martes, 26 de diciembre de 2017
sábado, 16 de septiembre de 2017
Rai Ferrer (ilustrador y escritor)
ONOMATOPEYA, EN SOLITARIO
[Entrevista publicada en la revista mensual ‘Cara a Cara’ en junio de 1981]
[Entrevista publicada en la revista mensual ‘Cara a Cara’ en junio de 1981]
Rai Ferrer, enamorado de los
tebeos, nacido en el pueblo burgalés de Manciles, pero barcelonés hasta la
médula, -con piso frente la capilla gitana que Helios Gómez pintó en la cárcel
Modelo de Barcelona-, es un ilustrador que cree en la reivindicación de los
grafistas y de los fotógrafos que han plasmado la historia del siglo XIX y XX
con su trabajo de notarios del tiempo. Hoy reinventa su proyecto Onomatopeya. Y
nos explica esto.
-Rai, ¿qué es Onomatopeya?
Onomatopeya ha sido y Onomatopeya
es. Me explico. Onomatopeya fue un colectivo de tres individuos José Solá, Luis
Díaz y yo, que se unieron en unas
circunstancias profesionales difíciles. De eso hace unos cinco años. La vieja Onomatopeya
se dedicó a reivindicar aspectos olvidados de la vida pasada y de la historia
de nuestro país, ocultos e ignorados, por gran parte del publico, en aquel
momento. Hoy, Onomatopeya, se puede decir, que solo es Rai Ferrer.
-¿En solitario?
Sí, un amante del cine en technicolor,
de las novelas de aventuras, de las historias de terror y de las aventuras
policiacas. También, de un coleccionista empedernido de todo tipo de grabado y
de publicación antigua o moderna, que archivo con patológico mimo.
-¿Quieres decir que Onomatopeya ya no es la misma de antes?
Existe un común denominador, que
une ambas etapas…, pero es otra cosa.
-¿Cual es este común denominador?
En cierto modo yo. Pero también
este denominador común podría ser la vocación de poner a disposición del gran
público la iconografía que ha marcado nuestra vida cotidiana. Pero el estilo ya
es distinto. Es el mío.
-¿Y continuar reivindicado la
imagen y el grabado?
Por descontado. Pero incidiéndolo
mediante un lenguaje claro y llano para hacerlo accesible a todos los públicos.
Cosa que a veces no pasa con muchos
grafistas que utilizan la imagen y los medios
de comunicación para hacerse herméticos, intelectuales, oscuros.
-¿Qué elementos diferenciales hay entre la vieja Onomatopeya y la nueva?
La más evidente, es la falta de
uno de sus miembros, Luis Diaz. Y un procedimiento judicial de por medio, que hemos
tenido por injurias al Ejército.
-¿Pero, continuas colaborando con José Solá, el otro miembro del trío
onomatopéyico?
Solá es un gran amiguete. Y
colabora conmigo, sobre todo para caligrafiar los textos de mis composiciones. Es
un gran globero (rotulista).
-Uno de los rasgos diferenciadores entre la vieja y nueva Onomatopeya
es el abandono de los temas históricos, de marcado cariz reivindicativo, de tipo social, para entrar más en el plano cultural, y sobre todo la ausencia total del color
Bueno. En los trabajos de la primera
época hay dos circunstancias que determinaron nuestro estilo. Uno es que el
grupo surgió, prácticamente después de la muerte del dictador, por una
circunstancia profesional, ya que Luis y yo trabajábamos en el departamento de
publicidad de una empresa dedicada a la venta por correo y que, por una quiebra,
desapareció. La situación de quedarnos
sin trabajo nos obligó a reinventarnos nuestra actividad profesional y decidimos
crear un equipo de creadores gráficos, pero con un leiv motive diferente: expresar nuestra inquietud cultural e incidir en la sociedad a través de nuestra
profesión de grafistas publicitarios.
-Sí, recuerdo que vuestros trabajos, carteles, posters, viñetas, eran
tan atractivos y vistosos como los anuncios de la Coca-Cola, pero con unos
contenidos que podrían escandalizar al propio Marx.
Mira, te cuento. El contenido
radical de nuestros trabajos era un producto y de una necesidad de la época. Un
tiempo que muchos han catalogado de transición, de pre-democracia. Aquel radicalismo también era debido, puede,
a mi espíritu ácrata, que he tenido de toda la vida, y no lo puedo contener. Sobre
el multicolorismo y la excelente ejecución de los trabajos se debe, en un alto
porcentaje, a la excelente mano y gran profesionalidad de este genio que es
Luis Diaz. Pero también he de decirte que todo aquel colorido, toda aquella
buena factura, suponía un lastre, un hándicap para el desarrollo de la propia Onomatopeya,
sobre todo en no traicionar su vocación primaria. Cosa que ahora, en solitario, ya no pasa.
-¿Por qué?
Por una razón muy simple. Diaz
es un perfeccionista, un artista, un creador enamorado del color, del diseño y
no toleraba que dejáramos de trabajar en la policromía. Imprimir en color es
carísimo y los trabajos en color solo pueden ser destinados a un tipo de publicación
muy determinada. Yo siempre tuve claro, que nuestro trabajo tenía que llegar a
los diarios, y no solo a revista ‘tutti colori’.
-¿Esto era traicionar la idea primigenia?
Onomatopeya nació con ganas de
llegar al gran público. Nació para la comunicación de masas. Con una voluntad
de utilizar los canales de difusión de mensajes masivos. Desde posters,
pegatinas, ¿y por qué no?, las páginas de los diarios. Teníamos claro que si utilizábamos
los medios convencionales de comunicación, la prensa, nuestras ideas o
reflexiones podrían llegar a mayor número de gente posible. Yo pienso así y no solo
para que disfrutasen de nuestro trabajo una minoría selecta y determinada. De
ahí mi persistente preocupación en utilizar publicaciones de lo más variado, y
de esta forma, hacer que los mensajes pudieran llegar a un público lo más
amplio posible.
-¿En qué fuentes iconográficas bebe Onomatopeya?
El secreto de Onomatopeya es que
reproduce imágenes, fotografías o estampas auténticas de la época que describe.
Esto sí, con la lógica manipulación en la composición y el montaje, lo que le da una personalidad propia. Y esto se
debe a que tengo un archivo gráfico que me permite jugar con multitud de
imágenes y de las más variadas épocas.Por otra parte, en lo estilístico, Onomatopeya es una simbiosis del trabajo que
realiza El Cubri, equipo de grafistas madrileño que admiro, y del equipo valenciano
Crónica. Soy un ferviente admirador de ambos, a pesar de que hay cosas que no
comparto de ellos…
-¿Cómo qué?
Pues… de El Cubri, no comparto su
hermetismo, su código expresivo con tantas claves ocultas. Del Equipo Crónica,
considero que sus trabajos se limitan en el estrecho terreno de lo pictórico,
de limitarse a que su difusión sean las galerías de arte, menguando su
posibilidad de difusión, a través de los mass-media. Crónica rechaza su
utilización, factor que lo pone en las antípodas de Onomatopeya. Equipo Crónica
hace cuadros para museos. Onomatopeya hace viñetas, posters, literatura
gráfica, para la gente.
-En cambio ¿El Cubri si usa los
mass-media?
Sí, pero con una voluntad
minoritaria, para dirigirse a una minoría muy determinada… O eso pienso yo.
-He observado, que gran parte de tu producción son homenajes a sucesos o
personajes que la sociedad lo quiere marginar, como los hechos de Casas Viejas,
el bombardeo de Guernica, Durruti, Groucho Marx, la novela policiaca, el cine de
Hollywood…
Sí, esto puede que sea una de mis
señas de identidad. Reivindicar cosas que muchos creen ya obsoletas, o para el olvido, me entusiasma. Por eso las toco. Pero más que un homenaje a
personajes o sucesos,-¡que lo son!, mis trabajos son una reivindicación a
aquellas personas que con su plumilla, su carboncillo, su cámara fotográfica
han hecho posible que estos sucesos los podamos disponer ahora, y revivirlos
gracias a aquella representación gráfica.
-¿Por qué tu trabajo es una homenaje a la documentación gráfica de la historia
de los últimos años y no a los de ahora?.
Se debe a mis demonios
-Tus debilidades, tu aficiones... sí, lo veo en vuestros trabajos publicados en
Cuadernos de Cine, en Fotogramas, el mismo libro dedicado a la novela policiaca
y sobre todo el que me acabas de enseñar, a punto de publicarse, de la Novela
de Aventuras… Pero, para mí, creo, tu mejor proyecto es este inacabado
reportaje gráfico sobre la historia del primer tercio del siglo español
titulado Tiempo de Estampas (1900-1931) y que se tenía que completar con Tiempo
de Rebeldía (1931-1939) y Tiempo de Nostalgia (1939-1950).¿Por qué no lo finalizasteis?
Realizar este libro, y
finalizarlo, fue muy divertido. Pero una vez editado, resultó todo muy
complicado. Hoy, tendría que tener una buena oferta para remprenderlo. Fue un
acto de voluntarismo tremendo… Cuando ahora lo pienso, me asusto.
-Por cierto, tu nuevo libro de homenaje a la novela de aventuras ¿lo
edita una editorial de Madrid?
Sí. Mis dos libros anteriores,
Tiempo de Estampas y La Novela Policiaca fueron editados en Barcelona. Para
este nuevo, me vino una oferta de Madrid que se interesó por el trabajo.
-¿Hay ahora más iniciativas a periodisticas y editoriales en Madrid?
Mi experiencia profesional entre
Madrid y Barcelona es curiosa. Onomatopeya empezó publicando en revistas
barcelonesas, donde se nos aceptó admirablemente, Viejo Topo, Fotogramas, Bazaar, Por Favor... Luego vino la gran crisis de
la prensa en Barcelona y decidimos ver como estaba el ambiente en Madrid. Como
anécdota, te diré que llegamos a la villa y corte en mi 600 el día del entierro
de los abogados laboralistas. No debía ser el momento más adecuado para proponer
lo que ofrecíamos, ni para editoriales de libros, ni para la prensa, y el caso
fue que regresamos a Barcelona con las manos vacías. Posiblemente, en aquel
momento, no entendieron nuestra fórmula de gráfica, demasiado novedosa, puede.
No estaban para puñetas, en definitiva. El caso es que de vuelta a Barcelona, decidimos continuar con nuestra labor,
estilo y conceptos que ya teníamos. Pero decidimos prestar más atención a las
editoriales de prensa escrita y sin olvidar nuestra faceta libresca y postulamos
en producir viñetas más sencillas, para que colara mejor en la prensa, y
funcionar a modo de agencia. Esto originó alguna divergencia dentro del grupo.
Lo malo fue que en ese momento, en Barcelona, se agudizó la crisis de la prensa, y
esta opción no fue factible. Ello hizo que
se abriera una crisis de crecimiento en la misma Onomatopeya. Fue en este periodo cuando Luis
Diaz decide dejar el colectivo y yo poté por continuar con Onomatopeya, solo. Tras
algunas exposiciones en algunas galerías, con originales publicados, y sumergido en el marasmo que se encontraba la prensa
barcelonesa, decidí probar de nuevo ir a Madrid y tuve la gran suerte de conseguir
trabajar en Diario 16: nada menos
que publicar cada día una viñeta en un calendario conmemorativo. Puede que los tiempos habían cambiado y puede
que el estilo onomatopéyico se hiciera más comprensible en Madrid. Fue como dicen, 'de Madrid…al cielo'. Y aquí
estoy. En la gloria…, y a la espera, también,
de la próxima publicación del libro de aventuras…
Angel Joaniquet
jueves, 27 de abril de 2017
Jaume Sisa, (músico)
'CUALQUIER NOCHE PUEDE SALIR EL SOL’
[Entrevista publicada para la publicación
infantil,’El Tricicle' dirigida a alumnos de ESO, 22 de abril 2017]
Se ha convertido en un himno de la solidaridad y de
bienvenida. "Qualsevol nit pot sortir el sol", [Cualquier noche puede salir el sol] es un canto a la amistad, a la hospitalidad, al
derecho de recibir en tu casa a la gente que huye de la guerra y de la
violencia.
Una
canción que Jaume Sisa, la compuso a principios de los años 70, en plena época
hippy, cuando se oía decir aquello de que "haz el amor y no la guerra" y que hoy continua vigente y actual. La voluntad de que mi casa sea también la tuya, es una muestra de aprecio hacia los demás y un deseo de solidaridad que se mantiene vivo en nuestra
sociedad, tan normal y natural como es ver salir el sol cada día.
De
hecho, siempre sale, es una maravilla, que por ser tanto cotidiano no le
prestamos mucho caso. Hoy
mismo nos ha salido de nuevo el sol, tras la negra noche y nadie se ha
sorprendido. Es lo normal.
A
principios del año 71, pero la grabé en 1975.
-¿A
que se refiere la temática de la canción?
A muchas cosas, pero la principal es una referencia a la
amistad. Recuerdo
que salió de una forma no muy premeditada. Surgió probando melodías, para hacer
una composición, donde la música era el motivo fundamental. Como
texto, fue la escusa para acoplarlo a la música y para llenarlo de palabras decidí encadenar una serie de nombres, de
personajes de ficción, que me acompañaron mientras la componía.
-¿Cuántos personajes
salen?
60, y todos
personajes de ficción. Lo curioso es que una
vez tuve a estos personajes enganchados en la música, me pregunté, ¿y ahora, que hago con todas
estas personas?. Entonces se me ocurrió que los podría invitar a una fiesta, en
mi casa, y de ahí salió el argumento de la canción .
No lo sé. Es curioso, nunca me han
hecho esta pregunta. Es
difícil definir quien es el que más me gusta... Todos. Es como responder a la pregunda de ¿a quién
quieres más ...? El
amor, si es sincero, es universal, no
partidista.
-¿Pensó que tendría
tanto éxito ésta canción?
¡No!, ¿que va !. Este tema era como una ‘torna’. Antes,
cuando ibas a la panadería a comprar pan y no llegaba la barra al peso estipulado, te
daban un trozo de pan o un corte de coca, para completar la compra. Esto se
llamaba la 'torna'. Con
esta canción pasó lo mismo. Fue
como una 'torna', para completar un disco. Recuerdo que en Rafael Moll, el
productor de mis discos, me dijo que este tema no sabía cómo encajarlo dentro del
resto de las piezas. Y al
final quedó para ser la última, como una especie de cuento que sirviera de relleno y completar el disco. Se registró casi
de milagro.
Seguro que pondría de nuevos. Hay
muchos personajes que quedaron fuera, pero no de forma premeditada, sino porque no se me ocurrió en aquel momento. Mafalda,
no sale, como tampoco salen Diego Valor, Spiderman o el Micky Mouse, a pesar de
que mucha gente cree que sí. De
escribirla ahora, a lo mejor pondría a Heidi, al Xin Xan, a Mazinger Z. Creo
que es una canción que se puede alargar infinitamente, añadiendo personajes de
ficción, adaptándose al gusto del momento.
-¡Una canción muy
versátil!
Creo que sí. Y muy abierta. Se
acomoda bien a todo tipo de manifestación, ya sean actos familiares,
celebraciones populares, fiestas. Es
una canción que sirve para todo. Se ha cantado en bodas, bautizos, funerales,
en todo tipo de actos y celebraciones.
Me
parece bien. Es
una canción, como te digo, muy abierta, que transmite de forma clara una de las
vertientes más altruistas que tiene la gente, que es el de acoger en su casa a
la gente que necesita ayuda y compañía.
Angel Joaniquet
(Texto traducido del catalán)
lunes, 2 de enero de 2017
Josep Gallisá, (regatista y armador de crucero)
‘FALTAN TRIPULACIONES
PARA REGATAS SOCIALES’
[Entrevista publicada en RANC Difusión, núm. 29, enero del 1989]
Josep Gallisá es un experto navegante. Armador del Viking II, actualmente es el presidente
del Club Náutico Arenys de Mar, y un crucerista convencido, de los que sale a
navegar en todas la regatas sociales de fin de semana, y participa en campeonatos de cruceros del calendario
federativo. Es socio fundador de la Real Asociacion Nacional de Cruceros –RANC-
'Entonces no era Real, -nos dice- era simplemente Asociación Nacional de
Cruceros (ANC). Fui el primer secretario de la asociación, en el año 1973.
Después lo fui, ya constituida, en el 74 y en el 79. Tengo el número 5, como
socio'.
-¿A qué se debe que salgan
tan pocos cruceros a regatear, hoy por hoy, comparado con años atrás?
Competir en regata es duro. A muchos le gusta navegar, cada
vez salen más barcos por el placer de navegar, pero competir…, esto es otra
cosa. Requiere mucha voluntad. Coordinar personas. Preparar barco. Hay momentos que la gente se
cansa… porque es difícil mantener con entusiasmo un proyecto y sobre todo, hoy
es difícil encontrar tripulantes…
-¿Estamos viviendo un
momento de crisis más de tripulaciones
que de armadores?
Sí.
-Y, ¿eso?
Es resultado de un ciclo oscilante, como en todo en la
actividad humana. Ahora estemos sufriendo un momento de desencanto por parte de
muchos navegantes…
-¿Debido a qué?
A varias razones. Puede que a un cambio de ciclo. Una es que
cada vez más se están profesionalizando muchos tripulantes, que van a competir
en barcos con armadores fuertemente esponsorizados. Para ser más competitivos
buscan tripulaciones de otros barcos, y se quedan cojos barcos con tripulaciones habituales, sin gente con que
navegar.
-Si esto pasa es
porque buscan alcanzar mejores niveles de competición y si hay alguien que
fomenta esta profesionalización no se puede hacer nada en su contra
Pero esto no está claro. Lo que ocurre es que en
determinados momentos un armador necesita, por algún compromiso náutico, una
buena tripulación. Entonces busca a los mejores del momento y los atrae como
sea, vaciando a otros barcos.
-Esta práctica, ¿cada
vez está más extendida?
Sí. La prueba es que cada vez hay menos tripulantes para los
barcos que regatean los fines de semana, en las regatas sociales. Muchos navegantes
se reservan sólo para las grandes regatas.
-¿La oferta es
pequeña?
Siempre ha sido mínima. Aún somos un país que vive de
espaladas al mar. Las tripulaciones actuales son las mismas que las que se
formaron hace quince años. No hay renovación. Esto también provoca que muchas de
estas personas ya estén cansadas, que busquen otras actividades de ocio, o de
pasatiempo deportivo.
-¿No se sienten suficientemente
recompensados, sólo navegando?
Existen pocos alicientes para ellos. Incluso los medios
de comunicación hacen escaso eco de los esfuerzos que realizan estos hombres de
base de la vela. La prensa sólo habla y se preocupa de una élite de navegantes. Y en el
crucerismo, las regatas no las sustenta la élite. Es el resultado de muchos
proyectos, de muchas embarcaciones, de muchos armadores que velan por este
deporte. Y esto no es considerado en lo más mínimo, ni por la prensa, ni por la
sociedad, incluso ni por la misma federación.
-¿Un alto sacrificio para
no verse recompensado?
O muy poco. Solo a nivel individual, el de la pura
satisfacción personal. Y esto, muchas veces, sabe a poco para quien se ha
sacrificado durante años en este deporte.
-Lo veo pesimista
No. Por naturaleza soy optimista, pero es una evidencia esto
que te estoy contando y, que creo, hay que remediarlo como sea. De aquí mi
optimismo.
-¿Cómo?
Superar el desencanto, y esto no solo es una anécdota o una
frase. Existe un profundo desencanto, tanto entre armadores como de
tripulaciones, debido el alto nivel tecnológico en que se está llegando en
muchas regatas. Sobre todo con la guerra de materiales, lo que hace que para la
mayoría de los armadores les sea imposible el competir con igualdad. Se está perdiendo
un poco el entusiasmo por competir, ya que muchos ven como una fatalidad el hecho de que nunca ganaran con
su barco cuando compite con uno muy bien ‘armado’. Estamos llegando a unos niveles de diferencias que valdría la
pena replantearse como hemos de regatear. Y esto solo se podrá hacer con unas
nuevas valoraciones de hándicaps y ratings.
-¿Una solución no es
la actual separación que se hacen a los yates en competición, ubicándoles, según
sean, en yates ‘regata’ o en yates ‘crucero’?
Esta separación de flotas ha sido una de las mejores
iniciativas de la Asociación. Es evidente que no se pueden mezclar prototipos
con barcos de serie, al igual que no se puede mezclar ‘fórmulas 1’ con ‘turismos’
en una carrera de coches. Pero en el fondo, y sin querer, estamos potenciando
los grandes proyectos, ayudando con un seudo-profesionalismo a tripulaciones que
después tampoco pueden vivir de su actividad y en contrapartida, la flota base
no crece, nos quedamos sin tripulantes, y cuando navegamos en campeonatos contra otros barcos con grandes presupuestos, sabemos que nada podemos hacer contra ellos y entramos
de nuevo con el problema. Muchos se desmotivan, se cansan y dejan de embarcarse.
-¿No será una falta
de espíritu deportivo?
En parte puede que sí. Con tanta diferencia de armamento no
es extraño que muchos no estén motivados deportivamente. Hay que saber perder, también.
Pero la afición al mar se mueve en círculos muy restringidos, y no por un tema
de posibilidad económica, sino porque el mar es muy selectivo. Ser aficionado
al mar, navegar, supone un gran esfuerzo, no solo económico. Es una voluntad.
Muchos llegan al mar por romanticismo y no por deportivismo. Y puede que esta faceta
falte hoy día. Una solución de futuro tendrían que ser las Escuelas de Vela,
que son las que tendrían que garantizar la continuidad de esta actividad deportiva
de la vela y garantizar canteras de futuros tripulantes, con ganas de navegar y
competir.
En su club hay una
buena escuela de vela
Sí, pero veo que muchos jóvenes, cuando cumplen los 18 años,
y cuando ya no están bajo la tutela del padre, se olvidan del mar. Y son estos
jóvenes quienes tendrían que engrosar las tripulaciones de crucero.
¡Parece un pez que se
muerde la cola, ahora que contamos con más
clubes náuticos y más puertos deportivos!
Confundir la estadística del buen número de puertos deportivos
y relacionarlo con una señal de buena afición por el mar, es un craso error.
Por experiencia te diré que tan solo un 5% de los socios de un club, regatean.
-Y este fracaso a ¿qué
se debe?
Fundamentalmente porque está mal dirigido este deporte. Las
federaciones solo estimulan a las figuras, al medallista, a los campeones, cuando en realidad, pienso, el
objetivo de una dirección deportiva tendría que orientarse en fomentar a la
base deportiva. Este es el verdadero
cometido de los responsables del deporte. El gran fracaso de la política deportiva,
y no hablo sólo de la vela, es que no se consigue crear una afición suficiente para
que la gente participe y practique deporte, como base, en el futuro.
Angel Joaniquet
Angel Joaniquet
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